SUPLEMENTACIÓN CON PROBIÓTICOS PARA PROBLEMAS GASTROINTESTINALES EN DEPORTISTAS DE RESISTENCIA
Naiara Aizpurua1 y Aritz Urdampilleta2
1 Alumna de la Escuela de Nutrición Deportiva-Dr. Urdampilleta – ElikaEsport
2 Director de la escuela de Nutrición Deportiva – Dr. Urdampilleta- ElikaEsport
Introducción
Las molestias gastrointestinales durante ejercicios de resistencia son bastante frecuentes, y un factor limitante del rendimiento deportivo, ya que pueden provocar que el deportista baje su rendimiento o que tenga que retirarse del todo de la competencia o entrenamiento. Parece ser que la suplementación con probióticos podría reducir la frecuencia, severidad y/o duración de las afecciones gastrointestinales (Pyne et al., 2014). Así, el Instituto Australiano del deporte (Australian Institute of Sport, AIS), clasifica a los probióticos en suplementos pertenecientes a la categoría A (evidencia consensuada), es decir, como suplementos aprobados o con evidencia científica suficiente cuyo uso puede proporcionar al atleta beneficios en su rendimiento.
En deportes de resistencia y a intensidades superiores al 70% del VO2max, se produce una fuerte reducción del flujo sanguíneo en la zona digestiva, distribuyéndose la sangre principalmente hacia músculo esquelético y corazón. Esta redistribución del flujo sanguíneo y por lo tanto la isquemia gastrointestinal producida, es la principal causa de náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea y sangre en las heces (Urdampilleta et al., 2016). Todo ello unido a un estado de deshidratación, aumentan los problemas gastrointestinales, y son uno de los problemas habituales en los deportes de resistencia.
Figura 1. Problemática entre la Deshidratación y Problemas Gastrointestinales (adaptado de Anna Sauló- Problemas Gastrointestinales en el Deporte).
Dicha isquemia provoca un daño en la mucosa gastrointestinal, aumentando la permeabilidad de la pared gastrointestinal y la pérdida de sangre, provocando alteraciones de la microbiota protectora gastrointestinal y generando endotoxinas (Ximena et al., 2015). Dichas endotoxinas son radicales libres susceptibles a peroxidación, y, por tanto, a formación de especies reactivas de oxígeno (ROS) que pueden provocar daño a otros componentes celulares.
Los suplementos o alimentos que contienen probióticos modulan la flora microbiana intestinal (población bacteriana que habilita en el tracto gastrointestinal), proporcionando una mejora del intestino y la función intestinal (Urdampilleta et al., 2016), minimizando así las posibles enfermedades o molestias gastrointestinales que puedan surgir durante la práctica de ejercicio de alta intensidad. De esta manera, aseguraremos que los entrenamientos sean de máxima calidad y que el deportista rinda a su máximo nivel.
Pero, ahora bien, ¿sabemos qué son los probióticos?, ¿qué cantidad es necesario ingerir? y ¿cómo se deben tomar?
Los probióticos son microorganismos vivos que, al ser administrado en cantidades adecuadas, confieren beneficio a la salud del huésped (Guarner et al., 2017). Dichos microorganismos afectan de forma beneficiosa al desarrollo de la flora microbiana en el intestino. A su vez, la flora microbiana está estrechamente relacionada con el sistema inmune, por lo que los probióticos podrían modular indirectamente cambios en el sistema inmunológico.
Diversos autores proponen que los probióticos pueden tener un efecto beneficioso a nivel intestinal aumentando la secreción de mucina e inmunoglobulina A, aumentando la estabilidad de las uniones estrechas entre las células epiteliales, inhibiendo la proliferación de bacterias patógenas y compitiendo con los sitios de unión de estas bacterias en las células epiteliales (Ximena et al., 2015).
Los probióticos más utilizados son bacterias lácticas, especialmente los del género Lactobacillus (utilizados en la fermentación de alimentos) y Bifidobacterium (gérmenes anerobios estrictos), aunque también se emplean microorganismos no bacterianos, como Saccharomyces boluardii (levadura no patógena) y bacterias no patógenas como Streptococcus termophilus y Escherichia coli (Rondon et al., 2015).
No obstante, las especies más estudiadas en deportistas y personas activas son 4: Lactobacillus casei, L. fermentum. L. acidophilus y L. rhamnosus (Pyne et al., 2014 y Urdampilleta et al., 2016). Esto quiere decir que las cepas que utilizaríamos en el constexto deportivo deberían de tener al menos estas 4 cepas.
No hay consenso en relación a la dosis óptima que deben tener los suplementos con probióticos para provocar los efectos beneficiosos. Las dosis actuales oscilan en rangos de 108 a 1011 unidades formadoras de colinias (UCF) por día. Tampoco se ha definido una posología concreta para la toma de los probióticos. Sin embargo, se establece que el tratamiento con los probióticos debería de iniciarse al menos con 14 días de antelación a un viaje, evento o competición, para que haya tiempo suficiente para la colonización de las bacterias en el intestino (Pyne et al., 2014).
Los probióticos se pueden tomar bien a través de preparados farmacológicos como cápsulas y/o polvos, o bien a través de alimentos. Los alimentos más comunes ricos en probióticos son la leche fermentada o yogur (siempre que contenga lactobacillus y bifidobacterias), el kéfir y verduras fermentadas como el chucrut (col fermentada) o encurtidos.
No obstante por ejemplo, después de un tratamiento con antibióticos donde hay un barrido de la flora, no sería quizá suficiente los probióticos de origen alimentario y necesitaríamos suplementar para renovar la flora rápidamente.
Figura 2. Suplementación con probióticos para problemas gastrointestinales (elaboración propia).
Si bien es cierto que los alimentos más utilizados para la administración de probióticos son los lácteos, los nuevos avances en microbiología y tecnología de alimentos están permitiendo la incorporación de estos microoganismos a productos tan variados como jugos, helados, cereales, barritas nutritivas, soja, queso, mantequilla, leche en polvo, mayonesa, chocolate y galletas (Rondon et al., 2015).
Para potenciar el efecto de los probióticos, podríamos ingerir éstos junto con los prebióticos. Los prebióticos se definen como ingredientes de los alimentos que están compuestos por carbohidratos no digeribles (resistentes a la digestión) y que tienen un efecto beneficioso en la salud del huésped. Los probióticos atraviesan todo el aparato digestivo hasta la parte final del intestino, donde son fermentados por las bacterias (probióticos) para producir ácidos grasos de cadena corta (como butirato, propionato y acetato), dando como resultado cambios en la composición y actividad de la microbiota intestinal, aportando beneficios para la salud del huésped. Dicho de forma más coloquial, se trata de alimentos para los probióticos (cepas vivas).
Por otra parte, decir que diferentes investigadores han señalado que los prebióticos podrían mejorar la respuesta inmune, modificar la microbiota y aumentar la supervivencia de las bifidobacterias (Ximena et al., 2015). Sin embargo, CUIDADO!! los prebióticos administrados a altas dosis podrían tener efectos indeseables como son los gases causados por la fermentación de los hidratos de carbono no digeribles a ácidos grasos de cadena corta.
Algunos prebióticos que suelen formar parte de la dieta son la lactulosa, los galactooligosacáridos, los fructooligosacáridos, la inulina, los maltooligosacáridos y el almidón resistente, y se pueden encontrar en alimentos como: avena, panes de granos integrales, bulgur, cebada, legumbres (garbanzo, alubias rojas, alubias blancas, lentejas, soja), endivias, acelgas, ajo, cebolla, alcachofas, plátanos, entre otros.
La Dieta puede tener una gran influencia en la composición de la microbiota intestinal, y por siguiente, gran impacto en la salud del deportista.
De momento se puede decir que los suplementos con probióticos son seguros y pueden reducir el riesgo de enfermedades gastrointestinales durante periodos de entrenamiento intenso o competición. No obstante, no se puede afirmar que la toma de probióticos mejore el rendimiento deportivo, sino más bien que previene que el rendimiento decaiga por problemas gastrointestinales. Los beneficios están principalmente mediados por cambios en la microbiota y en la mejora de la integridad de la mucosa gastrointestinal.
Estudios futuros sobre probióticos requieren incluir medidas de rendimiento deportivo acompañados de medidas clínicas y marcadores inmunológicos e inflamatorios subyacentes. Hay algunos indicios de que los probióticos y una Dieta alta en prebióticos y probióticos podría ayudar en mejorar el sistema inmune del deportista, no obstante, este hecho aún no está consensuado y requiere más investigación (Urdampilleta et al, 2015).
Referencias:
Clark A. y Mach N. Exercise-induced stress behaviord, gut-microbiota-brain axis and diet: a systematic review for athletes. Journal of the International Society of Sports Nutrition. 2016; 13:43.
Escott-Stump S. Nutrición, diagnóstico y tratamiento. 8ª edición. 2016. Barcelona: Wolters Kluwer.
Guarner F, Ellen M., Eliakim R., Fedorak R., Gangl A., Garish J., et al. Guía Práctica de la Organización Mundial de Gastroenterología: Prebióticos y Prebióticos. 2017. Disponible en: http://www.worldgastroenterology.org/UserFiles/file/guidelines/probiotics-and-prebiotics-spanish-2017.pdf.
O`Sullivan O., Cronin O., Clarke S., Murphy E. Molloy M., Shanahan F. y Cotter P. Exercise and the microbiota. Gut Microbes. 2015; 6(2): 131-136.
Pyne D., West N., Cox A., Cripps A. Probiotics supplementations for atheltes – Clinical and physiological effects. European Jorunal of Sport Science. 2014.
Rondon L., Añez R., Salvatierra A., Meneses R., Heredia MªT. Probióticos: generalidades. Archivos Venezolanos de Puericultura y Pediatría. 2015; Vol 78(4);123-128.
Urdampilleta A., Mielgo-Ayuso J, Sauló A. y Gómez-Zorita S. Suplementos y ayudas ergonutricionales en el deporte. Fisiología, dosis efectivas y protocolos para su toma. 2016. Oiartzun; Editorial Elikaesport.
Urdampilleta A, Sauló A, Olasagasti F, Benavente J.C y Ayala R. Bases Fisiológicas, entrenamiento y Nutrición Deportiva. 2015. Oiartzun; Editorial Elikaesport.
Ximena V y Gimenez J. Estrategias de suplementación y función gastrointestinal en atletas de resistencia. Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(3):167-174.